Seamos sinceros. La tienes. Esa idea. La que te asalta en la ducha, la que no te deja dormir, la que garabateas en servilletas. La app que va a revolucionar la forma en que la gente… (inserte aquí su verbo ambicioso: pide comida, aprende inglés, encuentra pareja, pasea al perro). Estás convencido de que es el próximo gran éxito, el próximo unicornio dominicano.

Solo hay un pequeño, minúsculo, insignificante problema: tu cuenta de banco no opina lo mismo.

La imagen del genio solitario que se encierra en un garaje y emerge un año después con una app millonaria es un cuento de hadas. La versión real, la que no sale en las películas, suele terminar con un emprendedor frustrado, con miles de pesos menos en el bolsillo y una app que nadie usa, excepto su mamá y su tía (y la tía todavía pregunta cómo se descarga).

Pero, ¿y si te dijera que hay una forma de saber si tu idea es oro puro o una simple baratija? ¿Y si pudieras ponerla a prueba, en el mundo real, antes de invertir un solo peso en un desarrollador?

Abróchate el cinturón. Te presento el plan de 7 días para validar tu idea de app. Es tu vacuna contra el fracaso, tu detector de mentiras para ideas de negocio. Y lo mejor de todo: es gratis.

Día 1-2: Conviértete en un Detective de Problemas (y Cierra la Boca sobre tu Solución)

Tu primer impulso, y el peor de todos, es salir corriendo a contarle tu idea a todo el mundo. ¡Error! A nadie le importa tu solución todavía. Lo único que importa es el problema.

Tu misión para las próximas 48 horas es enamorarte del problema. Obsesiónate con él. Conviértete en el Sherlock Holmes de las frustraciones ajenas. Tu tarea es encontrar al menos a 10 personas que tú crees que sufren el problema que tu app pretende resolver.

¿Tu app es para dueños de mascotas? Ve a un parque de perros. ¿Es para contadores? Métete en grupos de LinkedIn de profesionales de las finanzas. ¿Es para gente que odia hacer filas en el banco? Bueno, eso es fácil, solo sal a la calle.

Una vez que los encuentres, tu única tarea es escuchar. No vendas, no convenzas, no menciones tu gloriosa app. Solo escucha. Pregúntales sobre su día, sobre sus procesos, sobre las cosas que les sacan canas. Si el problema que quieres resolver es real, ellos mismos lo mencionarán sin que tengas que forzarlo. Si no lo hacen, es tu primera bandera roja.

Recuerda: en esta fase, tu idea es tu secreto mejor guardado. Eres un detective, no un vendedor de enciclopedias.

Día 3-4: La Entrevista de las 5 Preguntas (o cómo evitar que te mientan en la cara)

Ya tienes a tus sospechosos, digo, a tus potenciales usuarios. Ahora toca interrogarlos. Pero no como un policía malo, sino como un terapeuta de negocios. Una llamada de 15 minutos o un café es todo lo que necesitas.

El error garrafal aquí es preguntar: “¿Te gustaría una app que haga X?”. La gente es amable. No quieren herir tus sentimientos. Te dirán: “¡Claro, suena genial!”, mientras por dentro piensan en qué van a cenar. Esa validación es inútil, es azúcar, son calorías vacías.

Necesitas validación de la buena, de la que duele un poco. Para eso, jamás hables de tu solución. Habla de su vida. Aquí tienes 5 preguntas mágicas:

1. “Cuéntame sobre la última vez que tuviste que [inserta aquí el problema]”. (Ej: “…que tuviste que coordinar una reunión con 5 personas de diferentes empresas”). Esto los obliga a recordar una experiencia real, no una hipotética.
2. “¿Qué fue lo más frustrante de eso?”. Aquí es donde sale el oro. Escucha las palabras que usan: “pérdida de tiempo”, “confuso”, “caro”, “inseguro”. Esas palabras son marketing gratis.
3. “¿Has intentado solucionar esto de alguna manera?”. Si la respuesta es “no, la verdad no me molesta tanto”, ¡ALARMA! El problema no es lo suficientemente doloroso. Si te dicen “sí, uso tres apps diferentes y una hoja de Excel”, acabas de encontrar a un cliente desesperado.
4. “Si pudieras agitar una varita mágica, ¿cómo sería la solución perfecta?”. Deja que ellos diseñen la solución en su cabeza. Te sorprenderá la cantidad de ideas que te darán.
5. “¿Estarías dispuesto a pagar por una solución así?”. Esta es la pregunta del millón. Si titubean, es una mala señal. Si dicen “¡Claro! ¿Cuánto cuesta?”, vas por buen camino.

Repite esto con 5 a 10 personas. Apunta todo. Empezarás a ver patrones. Y, lo más importante, tendrás evidencia real, no la opinión bienintencionada de tus amigos.

Día 5: La Página de Aterrizaje “Fantasma”

Es hora de montar tu trampa. Vamos a crear una tienda para un producto que aún no existe. Esto se llama una página de aterrizaje (o landing page) y es más fácil de lo que suena.

Usa una herramienta gratuita como Carrd, Mailchimp o hasta Google Sites. No necesitas saber de diseño. Lo que necesitas es ser un buen redactor de titulares.

La regla de oro: describe el beneficio, no la función. A nadie le importa si tu app usa “inteligencia artificial y blockchain sinérgica”. A la gente le importa qué hace por ellos.

• Mal: “Nuestra app usa un algoritmo de optimización de rutas para tus entregas”.
• Bien: “Ahorra un 30% en gasolina y haz tus entregas en la mitad del tiempo”.
• Mal: “Plataforma de gestión de citas con calendario integrado”.
• Bien: “La forma más fácil de llenar tu agenda y decirle adiós a las cancelaciones de último minuto”.

Tu página debe tener solo tres cosas:

1. Un titular que prometa un resultado claro (el beneficio).
2. Dos o tres puntos que expliquen cómo se logra ese resultado.
3. Un gran y tentador botón que diga algo como: “Sé el primero en probarlo” o “Solicita acceso anticipado”.

Cuando alguien haga clic, ese botón solo debe pedir una cosa: su dirección de correo electrónico. Nada más.

Día 6-7: La Prueba de Fuego

Ya tienes tu página fantasma. Ahora, vamos a ver si alguien quiere mudarse a ella.

Toma el enlace de tu página y compártelo. ¿Dónde?

1. Con la gente que entrevistaste: “¡Hola! Gracias por tu tiempo el otro día. Basado en lo que hablamos, estoy explorando una solución para este problema. Échale un vistazo y dime qué te parece”.
2. En las comunidades online donde encontraste a tus detectives: Grupos de Facebook, foros, subreddits, etc. Sé honesto: “Hola a todos, he notado que muchos aquí luchan con [el problema]. Estoy trabajando en una posible solución y me encantaría saber si esto es algo que les interesaría. Aquí pueden registrarse para saber más”.

Tu meta aquí no es hacerte viral. Si tu mamá y tus 200 primos se registran, no cuenta. Necesitas extraños. Necesitas que entre 10 y 20 personas, que encajan perfectamente en tu perfil de cliente ideal, dejen su correo de forma voluntaria.

Esa es la validación definitiva. Es gente real diciendo: “Sí, tengo este problema, y estoy lo suficientemente interesado en tu promesa como para darte mi bien más preciado en internet: mi email”.

El Veredicto: ¿Felicitaciones o Felicitaciones?

Al final de la semana, mira tu lista de correos.

• ¿Tienes menos de 10 personas o solo a tus amigos? ¡FELICITACIONES! Acabas de ahorrarte meses de trabajo y una cantidad de dinero que te daría un infarto. Tu idea, en su forma actual, no funciona. No has fracasado, has aprendido. Vuelve al día 1 con un nuevo problema o un nuevo enfoque.
• ¿Tienes una lista de 10, 20, 50 extraños interesados? ¡FELICITACIONES! Tienes algo entre manos. Tienes evidencia, tienes validación, tienes el permiso para dar el siguiente paso.

Pero este es solo el comienzo del viaje. ¿Qué haces ahora con esa lista? ¿Cómo diseñas un Producto Mínimo Viable (MVP) que no te cueste un riñón? ¿Cómo lo financias sin tener que venderle tu alma a un inversionista?

Todas esas respuestas, y el mapa completo del camino, las he detallado en mi guía para emprendedores como tú.

Descarga gratis el ebook ‘De la Idea al Ingreso Recurrente’ y obtén el plan de juego completo para convertir esa idea validada en tu primera app exitosa llenando este formulario:

Ahora, deja de soñar y empieza a validar. El mercado está esperando.

ACLARACIÓN

Sé perfectamente lo que estás pensando: “Este tipo hace páginas, así que, de seguro, me va a intentar convencer de que necesito una, para venderme” y no podrías estar más equivocado, no trato de venderte, incluso en una sesión de consultoría, trato de buscar la mejor solución, incluso si no viene de mi negocio, no me molesta compartir mercado, no me interesa acaparar a todos los clientes, lo que si me interesa es darle una experiencia única al usuario como quisiera que me la dieran en cualquier empresa a la que vaya.

Ahora sí, vamos al mambo

Hablemos claro. Eres un empresario, un fajador, el capitán de tu propio barco. Te levantas temprano, te acuestas tarde y haces malabares con más cosas de las que un pulpo podría manejar. Pero déjame hacerte una pregunta, una de esas que pican un poco: ¿alguna vez un cliente te ha dicho la temida frase: “Oye, te busqué en Google y no te encontré”?

Si asentiste con la cabeza, aunque sea un poquito, bienvenido al club. Si te encogiste de hombros, peor aún. Porque en pleno 2025, si tu negocio no está en internet, para una cantidad aterradora de clientes, simplemente no existes. Eres un fantasma empresarial. Un mito. Una leyenda urbana que algunos juran haber visto, pero nadie puede confirmar.

Y eso, amigo mío, significa que no solo estás perdiendo visibilidad. Estás perdiendo dinero. Estás dejando que los billetes se te escapen de las manos como agua, directo a los bolsillos de tu competencia que sí se tomó cinco minutos para existir online.

¿Crees que exagero? Sigue leyendo. A continuación, te presento cinco señales, cinco focos rojos de emergencia, que indican que tu falta de una página web profesional le está costando un ojo de la cara a tu negocio. Prepárate, que vamos a meter el dedo en la llaga.

Señal #1: Tu WhatsApp es tu único recepcionista (y está a punto de renunciar)

Visualiza tu teléfono por un momento. Ese pobre aparato que vibra sin cesar. Es tu recepcionista, tu vendedor, tu departamento de servicio al cliente y tu agenda. Y, seamos honestos, está sobrecargado, mal pagado y probablemente necesite terapia.

Cada día, la misma sinfonía de notificaciones:

• “¿A qué hora abren?” – 9:15 AM
• “¿Ubicación?” – 9:47 AM
• “¿Tienen servicio a domicilio?” – 11:02 AM
• “¿Me mandas fotos de los zapatos azules en talla 40?” – 2:30 PM
• “¿Y a qué hora cierran?” – 6:55 PM (cinco minutos antes de cerrar, claro)

Cada una de esas preguntas te roba tres, cinco, diez minutos. Minutos que podrías usar para atender al cliente que SÍ está frente a ti, para planificar tu próxima estrategia de ventas, o simplemente para tomarte un café sin que el teléfono suene como si estuviera anunciando el fin del mundo.

Hagamos matemática de servilleta: 20 preguntas al día, a 5 minutos por pregunta, son 100 minutos. ¡Más de una hora y media! Cada día. ¿Sabes cuántas cosas podrías hacer en 90 minutos? Podrías ver casi un juego de pelota completo. Podrías organizar todo tu inventario. Podrías, no sé, ¿contar el dinero que no estás perdiendo?

Una página web es ese empleado del mes que nunca pide aumento. Trabaja 24/7, no duerme, no se queja y responde todas esas preguntas repetitivas con una paciencia infinita. Libera a tu pobre WhatsApp de su miseria. Se lo merece. Y tu bolsillo, también.

Señal #2: Tu credibilidad es invisible (o, peor aún, sospechosa)

Tener una página de Instagram o Facebook es genial. Es como tener un puesto muy chulo en un mercado de pulgas. Es colorido, atrae gente y puedes mostrar tus productos. Pero, ¿firmarías un contrato de medio millón de pesos en un mercado de pulgas? Probablemente no.

Confiar en un negocio que solo existe en redes sociales es el equivalente moderno a comprarle un Rolex a un tipo en un callejón oscuro. Puede que el reloj sea auténtico y el tipo sea de fiar, pero algo dentro de ti te grita: “¡Peligro!”.

En el mundo de los negocios, la percepción lo es todo. Una página web profesional es tu local comercial en la avenida más prestigiosa del mundo digital. Es tu título universitario colgado en la pared. Es tu traje hecho a medida. Grita: “Soy un negocio serio, establecido y no voy a desaparecer mañana con tu dinero”.

Si vendes servicios de alto valor —asesoría, construcción, diseño, lo que sea— y tu única carta de presentación es un perfil de Instagram lleno de fotos con filtros, estás pidiendo a gritos que tus clientes más importantes duden de ti. Le estás dando a tu competencia, esa que sí invirtió en una web, la excusa perfecta para robarte el cliente mientras tú sigues contando tus ‘likes’.

Señal #3: Estás perdiendo a los clientes que te buscan activamente

Esta es la señal que más duele, porque es la más obvia. Imagina esta escena: son las 8 de la noche en La Romana. Una familia de turistas tiene un antojo mortal de un buen mofongo. Sacan su teléfono y buscan en Google: “mejor mofongo en La Romana”.

En una fracción de segundo, Google les muestra a “Mofongos Don Teto”, con su página web, su menú con fotos que hacen la boca agua, su mapa interactivo y un botón para llamar. ¿Y tu negocio, “El Rincón del Sabor”? Silencio de grillos. Para esa familia, tú no existes. Acabas de perder una mesa de cuatro personas que estaban con la cartera en la mano, listas para gastar.

Estos son los mejores clientes del mundo. No tienes que convencerlos de que tienen hambre; ya lo saben. No tienes que explicarles qué es un mofongo; lo están deseando. Solo tienes que aparecer cuando te buscan. Y no lo estás haciendo.

Google es el nuevo Páginas Amarillas, pero con GPS y esteroides. No estar ahí es como tener tu tienda abierta pero con las puertas y ventanas cerradas con candado. La gente quiere entrar, pero no puede. Y se van, directito, a la tienda de al lado.

Señal #4: Construyes tu negocio en “terreno alquilado”

Felicidades, tu página de Facebook tiene 10,000 seguidores. Tu cuenta de Instagram es la envidia de la cuadra. ¡Bravo! Has construido una mansión impresionante… en un terreno que no es tuyo.

Tu perfil en redes sociales le pertenece al señor Mark Zuckerberg. Él es el dueño, el casero, el que pone las reglas. Tú solo eres un inquilino con ínfulas de propietario. Y el casero puede cambiar las reglas cuando le dé la gana.

Un día, Mark se levanta con el pie izquierdo, decide que ahora las publicaciones con la letra “e” tienen menos alcance, y tu engagement se desploma. O peor, un hacker adolescente en un sótano de Letonia decide que tu cuenta de “Las Uñas de Yuberkis” es el lugar perfecto para estafar a la gente, y te bloquean la cuenta. ¡Puf! Años de trabajo, miles de seguidores y tu principal canal de ventas, desaparecidos.

Tu página web es tu título de propiedad digital. Es tu terreno, tu casa, tu fortaleza. Nadie te la puede quitar. Nadie puede cambiar las reglas sin tu permiso. Es el campamento base desde donde lanzas todas tus operaciones de marketing. Las redes sociales son embajadas, pero tu web es tu país.

Señal #5: Tomas decisiones de negocio a ciegas

Déjame adivinar. Si te pregunto cuál es tu producto más vendido, me dirás: “Bueno, yo creo que la gente pide mucho el chivo guisado”. ¿Crees? ¿O estás seguro?

Dirigir un negocio basándote en “yo creo” es como pilotar un avión “por instinto”. Claro, puede que funcione un rato, hasta que te estrellas contra una montaña de malas decisiones que no viste venir.

Una página web, incluso con herramientas gratuitas como Google Analytics, es tu panel de instrumentos. Es como tener un espía (totalmente legal) que te pasa informes detallados:

• “Jefe, el 80% de la gente que nos visita desde Santo Domingo hace clic en los ‘Platos para llevar’. Deberíamos poner una oferta”.
• “Jefa, las mujeres de 25 a 35 años pasan el triple de tiempo viendo los ‘Vestidos de fiesta’ que cualquier otra cosa. ¡Hagamos una campaña en Instagram para ellas!”.
• “Capitán, casi nadie hace clic en ‘Nuestra Historia’. Quitémoslo y pongamos más fotos de la comida”.

Sin esos datos, estás adivinando. Y en los negocios, adivinar es la forma más cara y dolorosa de aprender.

El antídoto para la billetera vacía

Si te identificaste con una, dos, o (Dios no lo quiera) las cinco señales, respira hondo. No significa que tu negocio esté fallando. Al contrario: significa que tienes una oportunidad GIGANTESCA de crecer, esperando a que la tomes. Arreglar estos puntos es más fácil, rápido y barato de lo que te imaginas.

Si te sentiste un poco atacado mientras leías, ¡excelente! Significa que te importa tu negocio y que estás listo para dejar de regalarle tu dinero a la competencia.

Para ayudarte a dar ese primer paso, he destilado años de experiencia en una guía sin rodeos, sin lenguaje técnico y con un plan de acción claro. Es el mapa para salir de la isla del olvido digital.

Descarga gratis mi ebook, “La Guía Definitiva para la Digitalización de tu PyME”, y obtén el plan de 5 pasos para construir tu presencia online y empezar a ganar, no a perder.

No dejes que tu negocio siga siendo el secreto mejor guardado de tu ciudad. Es hora de que el mundo (y Google) se entere de que existes.

¿Por qué ahora, de repente, todo en el blog está volviendo al español?

He decidido dar el paso y hablar de mi proyecto a 10 años, y esto significa un montón. Ya compartí en el apartado Mi Visión, a grandes rasgos, cuál es mi proyecto 2025-2035, que para muchos resultará como demasiado, especialmente porque no soy nadie actualmente. Para la mayoría ni existo, pero la verdad es que me da igual.

En este punto, y antes de explicar el porqué de los cambios, te diré que, desde mi punto de vista, solo tienes 3 opciones:

1. Construyes el futuro que sueño, conmigo
2. Construyes el futuro que sueñas, por ti mismo, o
3. Te quedas a esperar a ver si mi proyecto triunfa o fracasa

No le des tantas vueltas ¿Te lo pongo un poco más claro? La realidad es que yo tengo una visión del futuro y me encuentro dispuesto y trabajando para traer a la realidad mi visión, así que, ya sea que tengas tu propia visión o no, puedes acompañarme a construir un mejor lugar para las futuras generaciones, quedarte mirando sin hacer nada o impulsar tu propia visión para Miches y el resto del país.

Ahora sí, ¿Por qué los cambios, Oto?

Debido a que, desde el inicio, intentaba forjar mi marca personal, mis aspiraciones eran internacionales y por ello la mayoría de mis publicaciones en el internet, fueran en el formato que fuere, estaban en inglés, de un tiempo acá, sin embargo, empecé a publicar contenido en español y en formatos cortos para audiencias de TikTok y YouTube que me di cuenta muy pronto de que realmente no son lo que necesito y me aparté de ellas.

De cualquier modo, ahora he decidido iniciar un proyecto que vengo posponiendo, desde hace años ya, mi incursión al mundo real para provocar un cambio significativo para nuestro entorno y darle forma al futuro que nuestros hijos y nietos merecen.

Este es un proyecto que, para mí, puede ser esencialmente definido con la palabra legado, esto es, lo que quiero dejarle al mundo para que me recuerde. Muchos saben que tengo una mente libre y sumamente imaginativa, soy un creador, no un seguidor, soy el constructor y arquitecto de mis sueños y ya es hora de que esos sueños lleguen a la vida real.

Entonces, volviendo al tema -vaya que me voy por las ramas con facilidad-, de ahora en más las entradas de este blog serán escritas en español, ya que están dirigidas a mi público más cercano, aunque pretende ser inspiración y ejemplo para el resto del país, del caribe y de Hispanoamérica.

Yesterday I had the pleasure of meeting someone that’s actually special. She’s a 16-year-old girl from San Pedro de Macoris that made me question my own community. But before I start the story, let me tell you something, your hands are the only hands available to build your dreams, doesn’t matter if you realize it early in life or 5 minutes before dying.

That being said, I met this girl on my way to Santo Domingo, and, thanks to being trying to improve my communication skills, I took the initiative and started talking asking for her age, because, a good starting point was her physique said she was maybe too young to travel alone, and that was my icebreaker.

A minute after we were speaking about her life, desires and achievement. I got amused by all the experience she already had. For instance, it blew my mind that at her age she has being teaching, making robots, learning languages, researching for science expos, studying for becoming a nurse and even has a nice plan for her future: pursuing a degree on neonatal nursing. She is a multi award winner in national competences, including robotics and Spanish language.

Now, think again and keep in your mind that she’s 16, and now, allow me to introduce you to the average female teenager in Miches. Studying only in school, coursing 3rd to 4th grade of high school, ‘regular’ performing at most school subjects. No clear project for her life, and no recognition at all from any mayor source. What about the male one? Even worst, they’re mostly confused about the basics, they don’t know who they are or how to differentiate themselves from others, they look and act all the same thing, and it is not even near to admirable, I love to call it the “Dembow virus” and it’s destroying their future by and for themselves.

By writing this, I’m just reflecting that, we have, maybe, in some point, normalized that the young generation is or will be fucked up, and now we feel what we see all around is kind of normal, but it isn’t. We parents are doing a freaking bad job, and we must, as soon as possible, not only become aware, but making even the impossible to create change.

A few days ago I went to an opening ceremony, after a little while I found myself talking to a colleague I just met, BTW now he’s a good friend of mine, and we were talking a lot about career, christianity, faith and other topics we share opinions and found many similarities between each other.

One of the many topics that popped out throughout the conversation was the formal education and I realized something that, even though I knew I already knew it (yes, sometimes you know that you know something you know).

I’ve work in plenty of industries, with several companies around the globe and the only single thing I actually use my bachelor’s degree is for my main, full-time job as a primary school teacher. As you probably already know, I’m a software developer and I’ve been making software for the last 10 years, professionally for 7 years now. But one thing you may ignore about this is that, actually I’ve no formal education in that single field, as well, as most of my current knowledge base.

Actually, and it may sounds surprising, but I haven’t even, ever, completed an online course on Software Development, of course I have started several of them, but I’m a reading/writing learner so I learn the most through reading material and synthetising the content or teaching someone what I understand, and for years, that was an action figure of mine, Tony Stark. It’s a POP next to my monitor. I use a custom version of the rubber duck technique to check my understanding, explaining to Tony how he must program or use the knowledge I was learning.

Most of my knowledge on software development comes from books (and no, usually I don’t finish my books neither), documentation and real world practice, yes you guessed it, is practical usage and real life challenges what have taught me the most.

Many times I got rejected in job applications because of my english, so I started learning and using english more and more until I started feeling more comfortable using it in a daily basis. Another thing I have no way to show how or where I learned from. Graphic design, make your guess… studying behance, deviantart and pinterest designs from experts plus Krita docs, Gimp docs, InkScape docs and a few ‘tips and tricks’ videos on YouTube were enough to learn what I know on the topic.

And I can go over and over coming with examples from my very own experience that demonstrates my point, in today’s world, by 2025 it doesn’t really matter if you have or not completed a 4-year degree. Businesses cannot trust universities and have to ‘teach you the real world’ before you’re making money for them, so, it’s a lot better if you have the knowledge and practice they need to get you the opportunity.

I have’t need yet to demonstrate how or where I have learned how to code, but my portfolio (almost inexistent now) talked about a man that’s serious about creating software and deeply understanding how it actually works.

My final thoughts are that in today’s world, education (if have not yet) is getting democratized and finding a way to perpetually be owned by people, not universities, not companies, no more centralized high paying skills or high quality education. Even better when you take in account LLMs, the bigger revolution of our era.

In my country, most people haven’t realized that, actually, there’s no more (significant) economics behind a good education, and of course, we don’t need degrees no more. Now, don’t get me wrong, I think there’s a value in many subjects when it comes to a degree level, like engineering, most health careers and other fields, but, like, in general, you can make a life, a good one just by learning how to learn, investing your time wisely and putting in some effort, practice and a lot of repetition.

Today, while running outside, noticed a guy I know, the ex of a good friend of mine, ignored me in the road and made it visible, so I, somehow, could understand he’s now my ‘enemy’, and yes, that so, like, how can I put it? Childish?

At the moment, I, sarcastically, said “I have lost a big resource… what a problem” and continued running looking forward. Now, I could tell you why, because yes, I know exactly why he did so, but, I don’t want it to feel like I’m giving excuses, so I won’t tell you I didn’t want (literally I just said no) to stop to listen to some random thing he categorized as “important” and continued walking around demonstrating I wasn’t interested on his “important” thing.

As you may think now, today’s post isn’t about the fact that a random guy think I should stop my life to listen to shit he got to say, nope, it’s about personal development.

I just realized that, somehow, people will always find a meaningless shitty talk an “important” thing just because it is something they care or just feel interesting about, so, it is absolutely right to learn how to put your own things above everyone else’s priorities. The hard truth is that if you don’t put your own life above your priority list, no one else will do it, neither.

And yes, of course I’m sick of hearing and reading the same thing, but, that moment when you finally experience it for yourself is where you finally understand it, it feels like a divine revelation, and this is my message to you today:

Don’t go around waiting someone else put you first, you got to claim and maintain the first place in your life for yourself.

I’ve been so different from anyone for such a long time, it become normal for me. Even though is really hard to be misunderstood every time, you end up feeling good about it. Now, before I describe the downside of being different, allow me to introduce myself.

I really appreciate you’re here, really. In the following 700-ish words, I’ll do my best to give you an all-inclusive guided tour to my weird (the good weirdness) mind, so hold to your seat, grab yourself a drink and let’s do this.

The very basics of being me

My full name is Otoniel Reyes Galay, I am a 31 years old guy with a stormy background. I am from the Dominican Republic, born in Santo Domingo and raised in Miches, a small coastal town in the east side of the country famous for a long list of bad things and even though everyone knows it, they still call it the “Perfect Paradise”, I have never realized if it is a joke, ignorance or maybe faith.

I’ve being tied to so many titles I hate, but basically and hopefully, time had given me the ability to stand, I would say that, my superpower is to keep standing.

Looks like my life has been a disaster. I’ve been broke so many times, had terrible credit, had to ask my father for money so many times, it ashamed me to look at his eyes. Haven’t been rose color at all, but that’s the beauty. I’ve learned so much I can talk about life from a million perspective, so every experience had become a good reason to believe me when I talk to others.

A playground early life full of joy

As a kid, I learned to play various musical instruments, mainly Latin percussion. Thanks to my mom, I strummed my first guitar chords, which opened the door to a whole new world for me. Over the next ten years, I learned to play wind, brass, string, and percussion instruments.

My mom also took me to typing classes, an informational technology and office suite course, and not one, not two, but three English language courses. By age 15, I had earned around 20 certifications from various courses and workshops.

Being active in church since I was 6 helped me develop my interpersonal and speaking skills early on. I lost my stage fright by participating in dramatizations, doing mimicry, poetry, singing—you name it! My childhood became a self-development playground. I explored everything I wanted and learned so much, thanks to people like Mom and Dad, Marcela, Eli, Joel, Joselo, Rafael, and many others involved in my early development. Thank you all from the bottom of my heart.

I have always been passionate about drawing and painting. Unlike most children, I truly wanted to learn how to create paintings like the greats. Over the years, I developed a deep appreciation for artisans. I built my own flutes and even constructed an electric violin. As time passed, I learned how to make sofas and basic furniture. I’m not sure if that’s why I love carpentry so much, but there are still plenty of things I’m into and have tried in life to discover what I truly want to do with my existence.

The high school me

In high school, one of my teachers inspired me. He was the only one in the area who had actually written a book. I have to admit that before I saw his book, I never took the time to think about writing something myself. This was one of my first approaches to creating something unique. When I combined that inspiration with lessons from another Spanish teacher who taught me about rhythm, metric, and basic poetry writing, I found the origin of the 320 poems I wrote, along with two novels and a few short stories.

Moving on to music, I wrote many pieces, especially for guitar—one of which is still on Instagram, so check it out after you finish reading! I also created 8-bit music and graphic resources for video games (of course, I love video games, but I prefer creating them to actually playing them). I released a free 8-track album on Bandcamp. Additionally, I crafted hip-hop, reggaeton, and other instrumental music as a hobby, using those tracks to record self-written songs (with the worst quality you could imagine) with my close friends and family.

As for drawing, I still have notebooks filled with my older drawings, and I’ve shared a few on my Instagram and my old OpenGameArt account. Feel free to explore, and by the way, leave a good follow! XD

A professional life comes in

So far, you have read about a lot of things about me, right? Well, I haven’t finished yet. Told you I took computer classes, for sure, but, haven’t said that, in that course, I gain the curiosity that brought me here: how is software created.

In that course, I learned the basics of computers, but wanted to know how to actually create those things in the screen by myself.

Some years later, I went to college to study Pedagogy, there I found a friend for life, Danilo, who developed even more that question. After a month my mind was finally open to the external world with internet, that was all I needed.

I started by learning about algorithms and programming languages, and created simple software in C++ and C# before knowing, actually, nothing deep. A year later, I took a free course on HTML and CSS, then JavaScript, and never stopped, I’m still learning a lot of things about computers, technologies and software development.

Finally, in this part of my life, I founded my first 3 businesses, all of them failed before starting. The good one, that evolved overtime, was website design/development, so that was my first almost-successful small business.

So far, I was (and still do so) a full-time teacher with a web design side hustle. Started freelancing to keep the business alive, found some international customers, others national ones. Built a nice looking portfolio, and, guess it? Impostor syndrome came.

A little room for personal development and success

You can’t imagine how cruel we can be with ourselves. It became a routine to look at me and say only bad things about the reflection. What’s interesting, though, is that we struggle so much to do the same to others. Somehow my depression woke up, found myself fighting with me for a long time.

Voices inside my head kept telling I wasn’t enough in any way. I lost myself and had to take a break from even teaching. Stayed at home for, like, 40 days until came back to school and decided to keep pushing forward. I started reading the Personal Excellence blog, watching TED conferences and forced me to think straight.

That was enough to put in my head the hunger of success. I started following inspiring people everywhere, changed my music collection, and created a want-to-read books folder.

I started a blog to showcase my things. Separated into categories, one blog for each of my major interests. That was a big mistake. This is the fourth time I start blogging, and the differentiator is the attitude.

Learned from Dan Martell, I started buying back my time to be better. Of course, I’m not making tons of money right now, because first, I have a thing or two to do.

Lessons I learned from being different

Everything I have experience until today, have given me a different vision of life. A vision you won’t find in a single book. I’m building my philosophy around the pieces of information I get from all the people I admire. The people I envy, those who already are where I want to be, taught me this:

Stop Scrolling

Get rid of your freaking phone, as much as possible, as soon as possible. It will be always impossible to you achieve the goal if you are distracted. I think you are a slave if you are over 15 minutes a day on the phone for entertainment. Maybe you have been putting too much effort to tell yourself you’re good, but no. You’re wasting your time, so go out, find a good idea, greet someone, whatever, just get freaking up.

Do it all

Everyone knows we need to work out, to read, to work, to reach and so on. The thing is, if you want to excel, you should write a list of the things you have to do. Keep track of doing them, consistently, force yourself, and teach yourself you can do it all.

We have told to ourselves too many times that it is not possible to do everything we need to. That’s the root of the problem. First, you need to reconquer the positive thinking you had when you were a child. Everybody had it until ourselves or someone else forced us to conform and surrender. Let’s conquer ourselves back again!

Invest in yourself

Start investing in yourself, no matter what, that’s a not negotiable right there. You rather buy a good book than have a nice dinner, it is worth it, I promise. Take time off, go for a little walk, wake up early, shut out loud your dreams, so the world knows them. Make the crowd fear your hunger. Make them look at you like you are crazy, so the wrong people will take a step away by themselves.

Find someone as crazy as you are

Most of the time, we want to be lonely wolves, but, the truth is the key to win is having the right people around you. If your circle is not the one you need, switch it. If your city can’t give you what you need, move. And, at the end of the day, look for those whose share your vision and align in values. That’s the people that make you win in life. Those are the ones I am looking for, so I that’s you, follow me, we’re going to conquer the freaking world.

The downside of being different

So, here’s is the downside of being different: Most people are waiting for you to fail to feel good with themselves. I swear that most people want you to fall to justify their laziness. Bet you that most people want you to be broke so they can look at you to feel relief.

So, the downside, and the reason I feel misunderstood, is kind of easy. Most peeps can’t look at life as I do, can’t feel like I feel, when pick up the phone in the middle of a conversation.

To me, it is really sad to see my loving ones, to lose their lives at the phone. I feel like I don’t belong here, and much people notice it and treat me like so.

I have learned to celebrate the less significant success, even just an appointment with a lead. Winning is just that, but you have to decide to win to be a winner because most wins are ignored. Stop complaining and take time to ask how to do it better. Start asking better questions.

Now, if you have a problem with your phone and want to know how to stop scrolling, read here.